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Los productores solo obtienen el 40% del valor internacional de las materias primas

“En nuestro país la soja nunca valió y no vale 600 dólares por tonelada. Lo que sería correcto decir es  que la tonelada de soja vale $50.600 en el mercado de Rosario, que es el valor de referencia”

El Ing. Agr. Luis Mondino, Corredor de Cereales, Asesor e integrante de la SRR, ayuda a pensar acerca de la “derivación de fondos” que el sector productivo realiza de manera constante al Estado y que afecta el avance del eslabón primario, para beneficio de toda la agroindustria.

El sector agroindustrial es el de mayor tracción económica a nivel nacional, a pesar de las contradicciones entre las necesidades del país y los impedimentos para crecer e invertir.

Teniendo en cuenta que la pandemia comenzó a elevar los valores de las materias primas en general, ese fenómeno continuó en la medida que se tensó más el conflicto que Rusia planteó a Ucrania, se determinó que en estas últimas jornadas y ya con la guerra en marcha,  los precios del combustible y de los granos se elevaron históricamente.

El Ing. Agr. Luis Mondino, explica la situación del productor frente a los precios internacionales en alza, pero también el deterioro que esto le produce a causa del cobro de los derechos de exportación, además de otras tantas cargas impositivas. “Hoy por hoy lo que principalmente explica la suba de precios es la guerra que Rusia le presentó a Ucrania. Ya veníamos en una escalada de precios previa y ahora termina de crecer, generando niveles más altos”.

Haciendo un repaso, los valores que se manejan en estas semanas son históricos, respecto a las últimas décadas, el alza que se venía dando “se explicaba por la sequía que afecta a Sudamérica, entre los principales productores, liderados por Brasil. Ahora que lentamente llegaron las lluvias, entró en juego la guerra, que puso a los precios en un escalón más arriba, afectando directamente a los precios del trigo, porque ambos países en conflicto aportan el 30 por ciento de la producción mundial”. Ucrania también es el principal productor mundial de girasol y esto afecta a esos valores, junto con el del aceite de soja.

Es la tensión por el conflicto lo que hace que el movimiento de dinero sea diferente y así se disparan los valores de las materias primas, donde los granos son fundamentales. “Hoy la soja, el maíz y el trigo llegan a precios estratosféricos tanto a nivel mundial, como en Argentina”.

La diferencia es que “desde hace muchos años el mercado argentino está fuertemente intervenido por el Estado, a través de retenciones para soja, maíz y trigo; además de la diferencia en el tipo de cambio que no queda en el exportador, sino que termina afectando siempre al productor”.

“Cuando uno escucha que la soja tiene un récord, como pasó el lunes 7 de marzo con 611 dólares por tonelada, lo más sencillo es pensar que el sector productivo se enriquece, lo cual además es promovido por ciertos discursos. Eso es falso, porque en nuestro país la soja nunca valió y no vale 600 dólares por tonelada. Lo que se debería decir es que la tonelada de soja vale 50.600 pesos en el mercado de Rosario, que es el valor de referencia”, explica Mondino.

Si la soja tuviera un precio pleno en nuestro país, la tonelada se pagaría alrededor de los 66 mil pesos. Además tenemos quien siempre hace la cuenta en la medida del dólar blue y ahí el impacto de la cifra es mayor.

Sumado a este descuento hay que tener en cuenta que “cuando el exportador vende esa soja y se la pagan, cada dólar que ingresa lo tiene que liquidar obligadamente en el mercado único de cambio que cotiza al dólar divisa comprador, que ese mismo día estaba a 108,24 pesos. Eso se paga cada dólar exportado”.

Si a los 50.620 pesos se los divide por 108,24 pesos, el resultado es que la soja en Argentina se le paga al productor 468 dólares.

Si un productor con esos pesos realmente quisiera dolarizar ese pago, debería hacerlo por dólar MEP, que está aproximadamente 202 pesos, con lo cual obtendría 250 dólares por tonelada, ese es el precio real que obtiene el productor del valor mundial de la materia prima.

Como corredor de cereales y asesor asegura que “el Estado hace una doble captación de renta, primero por las retenciones de manera directa y después por el tipo de cambio, porque cada dólar exportado se paga mucho menos”, para entenderlo de una manera mejor “el 40 por ciento del precio de lo que se está exportando de la producción, es lo que verdaderamente le está llegando al bolsillo del productor, el otro 60 por ciento se pierde en retenciones y en la diferencia del tipo de cambio”.

En el maíz la situación llega a trepar al 50 por ciento del valor y en el trigo la percepción de precios por parte del productor está también en el 40 por ciento. Entonces lo que podría ser una oportunidad comercial histórica como la que se presenta ahora con los precios, sólo la aprovecha el Gobierno, por el cobro de retenciones y la diferencia en el tipo de cambio, con lo cual “la captación de valor es muy baja”.

Mondino, que también colabora en la Comisión de Fitosanitarios de la entidad, apunta que “el productor tiene su campo en la Argentina, por lo tanto no puede tributar en otro lugar, como podría pasar en otros sectores, mientras que toda la agroindustria depende del trabajo que haga el productor”.

El sector agroexportador en general pagó en 2021 más de 8.900 millones de dólares en retenciones, pero además de esto muchos productos se enfrentan a las limitaciones de los precios cuidados, en este contexto se impuso un fideicomiso de 800 mil toneladas de trigo, para contener los precios de la harina 000 y de los fideos secos. Esa modificación en las ventas al exterior para la producción y los exportadores fue un mal menor, pero que realmente no tendrá impacto en los precios, sin embargo podría tener consecuencias en el total de trigo que produzca Argentina en la campaña que está por comenzar, por la falta de confianza que genera en el sector primario.